Padre del empirismo
John Locke nació en Wrington (cerca de Bristol),
Inglaterra,el 29 de agosto de 1632. Se educó en la Westminster School y en la
Christ Church de Oxford. En 1658 se convirtió en tutor y profesor de Griego y
Retórica. Más tarde volvió a Oxford y estudió medicina. La fama de Locke era
mayor como filósofo que como pedagogo. Prácticamente todo el pensamiento
posterior fue influenciado por su empirismo, hasta desembocar en el
escepticismo de Hume. En lo pedagógico, Locke no pretendió crear un sistema
educativo, sino explicar los lineamientos de la educación para los hijos de la
nobleza, por consiguiente sus ideas representa tanto un reflejo de la
percepción pedagógica de su tiempo como una reflexión profunda sobre sus bondades,
defectos y alcances. Influyó de forma determinante en las ideas de la
Revolución Gloriosa y la Declaración de Derechos Británica de 1689. Tras
algunas vicisitudes en el mundo de la política internacional, que le valieron
no pocos problemas, Locke volcó la experiencia de su vida intelectual en dos
obras cumbre:
Ensayo sobre el entendimiento humano (1690) y pensamientos
sobre educación (1692)
Su epistemología (teoría del conocimiento) no cree en la
existencia del innatismo y el determinismo, considerando el conocimiento de
origen sensorial, por lo que rechaza la idea absoluta en favor de la
probabilística matemática. Para Locke, el conocimiento solamente alcanza a las
relaciones entre los hechos, al cómo, no al por qué. Por otra parte cree
percibir una armonía global, apoyado en creencias y supuestos evidentes por sí
mismos, por lo que sus pensamientos también contienen elementos propios del
racionalismo y el mecanicismo. Cree en un Dios creador cercano a la concepción
calvinista del gran relojero, basando su argumentación en nuestra propia
existencia y en la imposibilidad de que la nada pueda producir el ser .Es
decir, un Dios tal como lo describe el pensador racionalista, René Descartes,
en el.
Discurso del método, en la tercera parte del mismo. De la
esencia divina solamente pueden ser conocidos los accidentes y sus designios
solamente pueden ser advertidos a través de las leyes naturales. Trata la
religión como un asunto privado e individual, que afecta solamente a la
relación del hombre con Dios, no a las relaciones humanas. En virtud de esta
privatización el hombre se libera de su dependencia de la disciplina e
imposiciones eclesiásticas y sustrae la legitimidad confesión ala autoridad política, puesto que considera que
no hay base bíblica para un estado cristiano. Considera la ley natural un
decreto divino que impone la armonía global a través de una disposición mental
(reverencia, temor de Dios, afecto filial natural, amor al prójimo), concretada
en acciones prohibidas (robar, matar y en definitiva toda violación de libertad
ajena), que obligan en favor de la convivencia.
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